Acusar a quien ostenta la primera magistratura del país de asesinato es grave. Más grave aún cuando quien lo acusa ya no puede aclarar ni aportar más ya que está siendo juzgado en el más allá. Ahora bien, ¿se resuelven los problemas de fondo nacionales como la violencia, la delincuencia y la corrupción con la renuncia del presidente? Si así es pues que asuma el vicepresidente entonces. Después no nos quejemos si el resto de la administración de Rafa Espada sea conocida como la administración de Berger segunda parte. Pero no lo digo por don Rafa, lo mismo sería si quien venga después se llama Pérez, Giammattei o Caballeros. No digo esto por joder, porque todos los mencionados no sean de mi agrado o algo parecido, lo digo según las administraciones de los presidentes "democráticos" que hemos tenido.
A Nicho Cerezo se le entregó el país en bandeja de plata. Era la gran oportunidad de salir de la boca del lobo que significaron las dictaduras militares. Pero nel mano, aquel se fue en su yate Odiseo y de regalo de despedida nos dejó aquel famosos debate con Serrano Elías en donde nos empalagamos de tanto atol con el dedo que nos dieron. Aquel como ya saben nos pasó la factura de sus haciendas, fincas y mansiones en Panamá después de su famoso Serranazo. Alas el Ramis de León, el ungido para dirigir el gobierno de la transición. Entiendasé construir un puente para que sea elegido el canche Arzú, nuestro actual alcalde. ¡Pero se firmó la Paz! Por supuesto los Acuerdos de Paz, la varita mágica, la llave maestra, la pastillita azul... Sigo sin entender el proceder de quienes redactaron e idearon los mismos para implementarlos. Un proceso vertical de arriba hacia abajo. Les hubiera quedado igual subir el Cerrito del Carmen y después pedirnos a todos que nos arrodillaramos y los aceptaramos, así como lo hicieron los curas católicos para "cristianizar" a los indios después de un debate para determinar si eran "criaturas del señor" o no. Arzú se despidió en un anuncio televisado mientras recorría los jardines de su hermosa mansión en la ciudad colonial. La gran mayoría de nosotros elegimos entonces al pollo ronco Portillo quien orgullosamente declaró publicamente haberse quebrado a dos personas y después huído (vaya ejemplo, el Smailey tomando nota anda). Como que nos equivocamos y trajimos de vuelta a otro ex alcalde capitalino, el conejo Berger. Pudo haber sido llamado Arzú la sequela, pero aquellos dos hicieron berrinche y dejaron de ser cuates. Igual fue el "gobierno de los empresarios". Lástima que aquella definición de empresario aplicaba únicamente a una docena de personas mientras el resto bien gracias. Ahora Colom... no ha terminado, lo dejaremos estar.
En menos de veinticinco años se me vienen a la mente los asesinatos de Myrna Mack, Epaminondas González, Jorge Carpio y Juan Gerardi. Cuatro hechos que en su momento también sacudieron a la cúpula política nacional y que al día de hoy siguen en las sombras. Aquí nada ha pasado señores. Si los asesinatos de ellos no tienen eco en las comisarías, en las oficinas de los fiscales, en los corredores de la Corte Suprema entonces que se puede esperar de los cientos de miles de chapines asesinados, secuestrados, violados, torturados, desaparecidos, etc. Los presidentes van y vienen y las cosas como si nada.
El difunto abogado Rodrigo Rosemberg en algo tenía razón. En que él no ha dicho nada nuevo. Guatemala es regida no por unos cuantos o unos pocos, sino más bien por un puchito, un manojo de individuos que a través de los años y las generaciones han descubierto la forma de controlar a su gusto y antojo los destinos del país. La clase política, independientemente de los colores que lleve responde ante estos. Lo han hecho todos. La mejor arma que tienen es la falta de unidad nacional. Seamos honestos Guatemala está más "sectorizada" que el centro preventivo de la zona 18. Basta con escuchar la opinión de la gente en la calle: choleros, burgueses, indios, fresas, shumos, narcos, asesinos, tiranos... "a río revuelto ganancia de pescadores" y ahí pueden ver a las "personalidades", ensartando la lombriz en el anzuelo. Subiéndose a la tarima de los que están a favor y de los que están en contra y aprovechando los ánimos de la gente.
Yo siempre he estado a favor del cambio, pero no de presidente, sino más bien un cambio en el sistema. Este es un momento ideal en que se le debe mandar un mensaje a la clase política arrastrada y a la oligarquía conservadora que ellos no están por encima de nadie y que su exclusivo sistema será cambiado. Un sistema que ha mantenido a Guatemala como está, un sistema puesto en marcha desde antes de aquel 15 de septiembre de 1821 cuando uno puchito, un manojo de hidalgos criollos quemaron unos cuetes frente a sus casas y declararon la independencia de Guatemala.